Discurso de apertura de las XXII Jornadas Bioquimicas del NOA – San Salvador de Jujuy – 2016
Dr. Carlos Fernandez – Presidente Febinoa
Me pregunto ¿Qué quiere la Patria de nosotros?: los invito a que juntos hagamos la reflexión
Es sabido que vivimos en un país dividido, fragmentado y por que no decirlo permanentemente enfrentado, es esta la causa que nos impide crecer como sociedad.
Es por ello que no sirve solo juntarnos sino que es necesario unirnos para cambiar lo que tenemos que cambiar, y con humildad reconocer nuestros errores para defender y afianzar los valores que nos caracterizaron como nación.
Tenemos que ser conscientes que la patria no es el suelo sino quienes la habitamos, donde tenemos nuestras raíces que nos identifican por distintos motivos.
Y que también la Patria: es la libertad, la justicia (aunque tengamos la sensación que estuvo adormecida durante años), la riqueza de nuestro suelo y la civilización organizada que no debe regir a todos.
Los bioquímicos hacemos patria con nuestra labor diaria, con nuestra dedicación, con nuestra eficiencia, con nuestra honestidad y hacemos patria hasta cuando nos perfeccionamos para prestar mejores servicios de salud.
Es por ello que los bioquímicos no solo debemos juntarnos de tiempo en tiempo sino que debemos unirnos y permanecer unidos para defender la profesión y los valores que nos caracterizan en una sociedad que tiende a relativizar todo e imponer un pragmatismo que pretende arrasar con todo.
Debemos ser conscientes y recordar siempre que en otras provincias se ha tratado de desjerarquizar nuestra profesión y minimizar nuestra carrera, lo que se ha impedido gracias a la rápida reacción que tuvimos desde otros puntos del país.
Pero solos no podemos, y desde aquí hago un llamado ferviente a las Unidades Académicas a acompañar en la defensa del título que orgullosos ostentamos.
Ese relativismo que nos quieren imponer, de valores, de objetivos, de esfuerzos, no es otra cosa que equiparar para abajo por lo que debemos revertir los procesos históricos en que nos encontramos inmersos en este país.
Para ello es fundamental que los bioquímicos empecemos entre nosotros a buscar no los puntos de discrepancias, sino más bien los de coincidencias para enseñar y dar ejemplo a la sociedad de cómo con la suma de los objetivos, la suma de los esfuerzos, la suma de la convicciones y la suma de valores se puede construir un país con igualdad de oportunidades para todos.
Y cuando digo valores me refiero a desarrollar VOCACIÓN DE SERVICIO: vocación de servir a los demás y no solo satisfacer las ambiciones personales. También tener EJEMPLARIDAD DE VIDA: Ofrecer la ejemplaridad en la vida pública y en la vida privada. HONESTIDAD: es decir haber tenido y tener ésta virtud de ser honesto en todo sentido, sobre todo a decir siempre la verdad. LEALTAD: Ser leal e íntegro con uno mismo y con los principios que abrevamos en nuestra formación profesional. CAPACITARSE: para poder servir mejor y ser efectivo. Ser INTRANSIGENTE, con los principios éticos, democráticos y republicanos, denunciando todo acto de corrupción. Y sobre todo siendo SOLIDARIOS con los que mas necesitan respetando la dignidad de las personas y fomentando el espíritu de trabajo y de superación a través de la educación.
Es así que desde nuestra profesión haremos patria y daremos el ejemplo para reconstruir nuestra Nación bajo las banderas de la unión, el progreso y la esperanza de que podemos ser un país mejor.
Sabemos que los valores agonizan y los tiempos oscurecen, especialmente cuando el otro o los otros desaparecen de nuestra escena existencial, como que también sabemos que ni la mera voluntad, ni la mera razón, ni menos la ciencia sostendrán la moral de nuestro pueblo por sí solas; pero si de algo estoy seguro es que para cambiar la moral de nuestro pueblo y de nuestros gobernantes hace falta UN FUERTE IMPULSO INTERIOR, una pasión y una emoción que nos saque de nuestra mirada egocéntrica y nos lleve a trascender como nación.
Tenemos el suelo, tenemos las riquezas, a nuestro pueblo le hace falta recuperar la moral y ese impulso interior con pasión, para lo cual antes debemos recuperar las esperanzas de que se puede construir una sociedad mejor.
Estamos entonces, nosotros los bioquímicos a ser el haz de luz que impida este apagón moral; el cemento que cierre la grieta provocada, que tanto nos perturba, y seguramente en el diálogo permanente, fecundo y sincero encontraremos la alquimia en pos de lograr la paz que nuestra patria nos exige, teniendo como sustrato primordial el retorno urgente a los valores éticos y morales que heredamos de nuestros mayores.