Es triste pronunciarse en el día mundial de la Salud ante la actual desidia de las autoridades nacionales y provinciales respecto a la pandemia y a la situación crítica sanitaria que vive el país y nuestra provincia. Ha pasado un año y no aprendimos nada de como planificar y enfrentar la situación. En estos días superamos el record de contagios respecto al año pasado, en el peor momento de la primera ola.
Ante esta inminente segunda ola, aún hoy se debate entre salud y economía sin pensar que ambas van de la mano y que ambos nos afectan incluyendo al personal de salud. Como profesional y representante del Colegio de Bioquímicos, me preocupa la insuficiencia de medidas tanto para frenar los contagios como para solucionar los costos económicos que afrontamos el sector privado de salud ante un contexto de incertidumbre y de suba constante de precios de los insumos que dificulta dar batalla a una pandemia, en la que en los momentos más difíciles fuimos desamparados.
Nos resulta difícil, ejercer nuestra vocación cuando las autoridades no acompañan en la prevención y las instituciones no responden a nuestros reclamos. Estar en la trinchera sin saber cómo funcionaremos y cual es plan fuera de lo mediático para afrontar los costos de nuestro servicio. A la sociedad civil le pedimos responsabilidad para cuidarse y acompañarnos. A las autoridades les pedimos el ejemplo para cuidarse y les pedimos que nos escuchen y atiendan nuestras demandas. Queremos seguir brindando un servicio de calidad y seguir en esta lucha que se llevó varios colegas en el camino. Como profesionales no vamos a bajar los brazos y vamos a cuidar lo mejor posible, la salud del pueblo tucumano, pero necesitamos de las autoridades para concretar esto. Que esta segunda ola no estemos desamparados como la primera.